Hoy te propongo una receta que en
muchos sitios que visito y blogs que leo esta algo alejada de la realidad. Y es
que encontrar un verdadero risotto italiano parece tarea imposible. Aún no
puedo entender como un restaurante se puede llamar italiano si preparan un risotto
con nata.
Un verdadero risotto es aquel
cuya cremosidad se consigue con un arroz especial (que suelen tener más
cantidad de almidón), un buen caldo y un toque de queso al gusto, que suele ser
parmesano. Hay quienes hacen el sofrito con mantequilla o la agregan al final,
antes del queso, lo que también da untuosidad al conjunto. También es válido. Pero
no, el risotto no lleva nata ni leche. Además, si prescindes de estos lácteos innecesarios
en esta preparación, el aporte calórico baja considerablemente. Vamos a currárnoslo
un poquito y verás cómo hacen la ola en la mesa, de punta a punta. ¿Comenzamos?
INGREDIENTES: para dos personas
·
150 gramos de arroz para risotto(o dos raciones
de las tuyas)
·
1 calabacín mediano
·
8-10 gambas crudas
·
4 volúmenes de caldo de verduras o agua
·
Dos dientes de ajo
·
Un trozo de puerro
·
Una nuez de mantequilla
·
Un trozo de queso al gusto(parmesano en este
caso)
·
Un chorro de aceite de oliva
·
Pimienta negra al gusto
·
Sal
ELABORACION:
Es importante
preparar todos los ingredientes y tener la mesa casi puesta, ya que es una preparación
sencilla en la que no tardarás más de 20-25 minutos en tenerlo lista. Se debe
degustar recién hecha o como mucho un reposo de 5 a 10 minutos. Si pruebas el arroz una hora después de
cocinado, te lo encontrarás pasado y pastoso…y ya no será un risotto.
Calienta el
aceite a fuego fuerte y rehoga los ajos laminados y el puerro en brunoisse. Mientras tanto, en otro cazo,
calienta el caldo o agua que hayas dispuesto para cocinar el arroz y cuece unos
minutos las gambas, hasta que hayan tornado a penas a un color naranja vivo. Sácalas
del cazo y cuela el caldo sobrante.
Una vez las verduras
estén pochadas, añade el calabacín en cuadritos regulares y sigue rehogando
para agregar el arroz y cocinar el conjunto unos minutos, hasta que el arroz se
haya vuelto brillante y con un tono perlado. Añade sal, pimienta y un tercio
del caldo caliente y pon la cazuela a fuego medio (potencia 6 de 9). Remueve el
conjunto sin parar. Este es el momento que el arroz empieza a soltar el almidón
y el guiso se convierte poco a poco en risotto.
Ve agregando el
caldo según lo vaya demandando el propio arroz. Sigue las indicaciones del
fabricante ya que hay arroces que piden 3 o 4 volúmenes de caldo. Es importante
que esté caliente, para no cortar la cocción del risotto cuando vas lo
añadiendo.
Cuando agregues
caldo por última vez, rectifica de sal. Ahora puedes añadir las gambas peladas
y cortadas y cuando el arroz esté listo y untuoso pon la nuez de mantequilla en
medio para que se deshaga con el calor. Apaga el fuego y añade por último el
queso rallado, mueve someramente y deja reposar el tiempo justo que tardes en coger
los platos y servir una ración como la que te muestro.
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