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martes, 13 de marzo de 2018

Risotto de calabacín y gambas






Hoy te propongo una receta que en muchos sitios que visito y blogs que leo esta algo alejada de la realidad. Y es que encontrar un verdadero risotto italiano parece tarea imposible. Aún no puedo entender como un restaurante se puede llamar italiano si preparan un risotto con nata.
Un verdadero risotto es aquel cuya cremosidad se consigue con un arroz especial (que suelen tener más cantidad de almidón), un buen caldo y un toque de queso al gusto, que suele ser parmesano. Hay quienes hacen el sofrito con mantequilla o la agregan al final, antes del queso, lo que también da untuosidad al conjunto. También es válido. Pero no, el risotto no lleva nata ni leche. Además, si prescindes de estos lácteos innecesarios en esta preparación, el aporte calórico baja considerablemente. Vamos a currárnoslo un poquito y verás cómo hacen la ola en la mesa, de punta a punta. ¿Comenzamos?

INGREDIENTES: para dos personas
·         150 gramos de arroz para risotto(o dos raciones de las tuyas)
·         1 calabacín mediano
·         8-10 gambas crudas
·         4 volúmenes de caldo de verduras  o agua
·         Dos dientes de ajo
·         Un trozo de puerro
·         Una nuez de mantequilla
·         Un trozo de queso al gusto(parmesano en este caso)
·         Un chorro de aceite de oliva
·         Pimienta negra al gusto
·         Sal

ELABORACION:
Es importante preparar todos los ingredientes y tener la mesa casi puesta, ya que es una preparación sencilla en la que no tardarás más de 20-25 minutos en tenerlo lista. Se debe degustar recién hecha o como mucho un reposo de 5 a 10 minutos.  Si pruebas el arroz una hora después de cocinado, te lo encontrarás pasado y pastoso…y ya no será un risotto.
Calienta el aceite a fuego fuerte y rehoga los ajos laminados y el puerro en brunoisse. Mientras tanto, en otro cazo, calienta el caldo o agua que hayas dispuesto para cocinar el arroz y cuece unos minutos las gambas, hasta que hayan tornado a penas a un color naranja vivo. Sácalas del cazo y cuela el caldo sobrante.
Una vez las verduras estén pochadas, añade el calabacín en cuadritos regulares y sigue rehogando para agregar el arroz y cocinar el conjunto unos minutos, hasta que el arroz se haya vuelto brillante y con un tono perlado. Añade sal, pimienta y un tercio del caldo caliente y pon la cazuela a fuego medio (potencia 6 de 9). Remueve el conjunto sin parar. Este es el momento que el arroz empieza a soltar el almidón y el guiso se convierte poco a poco en risotto.


Ve agregando el caldo según lo vaya demandando el propio arroz. Sigue las indicaciones del fabricante ya que hay arroces que piden 3 o 4 volúmenes de caldo. Es importante que esté caliente, para no cortar la cocción del risotto cuando vas lo añadiendo.
Cuando agregues caldo por última vez, rectifica de sal. Ahora puedes añadir las gambas peladas y cortadas y cuando el arroz esté listo y untuoso pon la nuez de mantequilla en medio para que se deshaga con el calor. Apaga el fuego y añade por último el queso rallado, mueve someramente y deja reposar el tiempo justo que tardes en coger los platos y servir una ración como la que te muestro.

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