Por otro lado, la poca carne roja
que consumo suele ser ternera gallega o una pieza de secreto ibérico, ya que su
inigualable veteado la hace muy jugosa y de muy buen sabor. Si, son piezas algo
más caras, pero en este tipo de alimentos, prefiero calidad a cantidad.
En este post no te voy a enseñar
una receta como tal. Más bien me centraré en mostrarte cómo cocinar estas
piezas, finas o gruesas, de manera que puedas controlar la cocción y no te
resulte una suela. Por muy buena calidad que tenga la carne, si
te pasas de cocción o no lo asas correctamente, la fiesta gastronómica se te
puede ir al traste. Es muy sencillo cocinar una pieza de carne… pero es más
sencillo aún echarla a perder por una preparación errónea. Hace poco tiempo que
cocino la carne de esta manera pero si observas cómo se va cocinando y sigues
mis consejos, no fallarás y te harán la ola en casa.
Yo suelo prepararla al grill o
asadora eléctrica si es una pieza en filetes o hasta 3 centímetros de grosor. Lo
que te voy a mostrar aquí son dos variantes para asadora en cocina
convencional. Por un lado, una pieza de chuleta de ternera gallega fresca de
unos 400 gr de peso y, por otro lado, una pieza más fina y pequeña de secreto
de cerdo ibérico.
Hay unos cuantos aspectos que
debes tener en cuenta a la hora de cocinar este tipo de piezas medianas o
grandes:
- La temperatura de la carne al ponerla en el grill o plancha de asar.
- La temperatura del propio grill asador.
- La sal
- Reposo después de la cocción
Debes sacar del frigorífico la pieza de carne con una hora de antelación,
de manera que esté a temperatura ambiente al momento de cocinarla. Los
contrastes frio/calor, asustan las
fibras del filete y te aseguro que se te hará bola en la boca.
Comienza a preparar el filete o
chuleta unos 30 minutos antes de sentarte a la mesa. Calienta bien el asador y no
pongas la pieza hasta que no humee. Si la temperatura de la plancha baja mucho,
la carne no se sella por fuera y perderá su jugo interior. Estos cortes de
carne que te propongo hoy son bastante grasos, de manera que no necesitarás
engrasar la superficie de la asadora.
No pongas sal a la carne hasta
que esté cocinada. La sal ejerce una acción osmótica y tiende a extraer el jugo
de la carne, por lo que se quedará seca y sin sabor. Tan solo pon pimienta y/o
unta un diente de ajo partido si quieres.
Una vez puesta la carne en la
asadora, y sin bajar el fuego, espera unos minutos para dar la vuelta.
Normalmente, esto tendrás que hacerlo a los 4-5 minutos, si es una pieza grande
y gruesa (chuletón o entrecot) o 2-3 minutos si es algo más fino y magro
(filete, secreto,…).
No debes marear la carne en la plancha porque perderá todo
su jugo. Mientras se esté cocinando, los jugos irán subiendo hasta la
superficie y caramelizando en el proceso, por ello debes dejarla a fuego
fuerte. No creas que se va a quemar o secar. Sabrás que debes dar la vuelta
cuando veas que esos jugos empiezan a salir por la parte cruda. Da la vuelta
para sellar por esa parte. Es ahora cuando puedes agregar unas pocas escamas de
sal. Recuérdalo, solo por la cara cocinada. Cuando haya pasado el mismo tiempo
en la segunda vuelta, retira la pieza a un plato (puede estar precalentado en
horno a no más de 50ºC, para que no se enfríe) y deja reposar la carne unos 10
minutos para que los jugos internos se estabilicen. De hecho, antes de preparar
la carne de esta manera, la cortaba según la presentaba en el plato y salía
todo el jugo, mientras que ahora, dejándola reposar, el corte el limpio y
jugoso pero la pieza no escupe el
jugo.
No es bueno degustar la carne
justo después de sacarla de la plancha, pero si se enfría por dejarla reposar
demasiado, no podrás recalentarla. Tampoco se te ocurra dejar el filete en la
asadora con la cocina apagada, ya que la pieza se seguirá cocinando mientras
nos tomamos el picoteo.
Termina de salpimentar al gusto
en el plato y degusta la carne en trozos de bocado o filetitos de ración
acompañados de unos pimientos fritos o unas papas rellenas y asadas, como ves
en las fotos.
Si sigues estos pasos, nunca más querrás comer carne fuera de
casa y tus invitados van a relamerse hasta los bigotes, ¡palabrita!
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