A pesar de lo navideño de las fotos, esta tarta fría bien
podría ser el colofón de un almuerzo de verano, y no necesariamente ha de tener
forma de corazón (dependerá del molde que uses).
Lo importante es saber qué gelatina usarás y cómo de
consistente quieres la tarta. Si estás acostumbrado a usar gelatina en hojas,
ya sabrás qué cantidad usar. Dependerá de la marca, ya que las hay con más o
menos poder gelificante. También debes de tener en cuenta que la nata aportará
a la receta cierta estructura. En mi caso usé tres hojas de gelatina, una menos
de lo recomendado por el fabricante, arriesgándome a que la preparación se
desmoronara un poco al desmoldar, pero finalmente no fue así. Quedó perfecta.
Después de estas pautas, ¿te atreves a
prepararla? En serio, más fácil no puede ser.
INGREDIENTES:
400 gr de nata para montar
200 gr de frutos del
bosque
3 hojas de gelatina
150 gr de galletas tipo María o Digestive
50 gr de mantequilla
150 gr de azúcar blanco
Molde con forma de
Corazón
ELABORACION:
Pon la gelatina a remojar en agua fría. Tritura lo más
fino que puedas los frutos del bosque y pásalos por un chino para eliminar las
pepitas y semillas. Vierte unos 50 ml de esta preparación en un cazo y
caliéntalo sin que hierva para diluir la gelatina remojada. Remueve hasta que
esté completamente disuelta y mézclalo con el resto de la fruta.
Monta la nata con el azúcar hasta que esté bien firme. Yo
use mi Kitchen Aid, pero móntala como lo hagas habitualmente.
Ahora vierte la pulpa de la fruta y mezcla con
movimientos envolventes, para que la nata no baje y así consigas que se
incorpore todo perfectamente. Si te gusta más cargado de fruta agrega más pulpa,
pero ten en cuenta que también deberás añadir más gelatina. A mí me gusta cómo quedó
con las cantidades que indico, además la cantidad justa de gelatina hace que la
mezcla quede aireada pero firme como una mousse. Pon la mezcla en la nevera
mientras preparas la base de galletas.
Para la base de galletas enciende el horno a 200ºC.
Tritura las galletas con la mantequilla en tu robot de cocina o picadora
convencional. Cubre el fondo del molde con papel vegetal, de manera que queden
los bordes del mismo por fuera de la base del molde. De esta forma podrás “tirar”
con suavidad del papel para que la tarta quede sin la base metálica del molde y
bien presentada en el plato.
Una vez hayas cubierto el molde con la mezcla de galletas,
mételo en el horno durante 10-15 minutos. Así se consigue que la mantequilla se
derrita y compacte la base, resultando un “galletón” que no se romperá
fácilmente cuando presentes la tarta o cortes la porción.
Saca del horno, deja atemperar y vierte la mezcla que
tenías en la nevera sobre la base de galleta. Da un par de golpes contra la
encimera para eliminar posibles burbujas de aire. Mete en el frigorifico
durante 6-8 horas o hasta que haya cuajado la mezcla. Para evitar que la tarta
se desmorone al desmoldar, mete la preparación en el congelador media hora,
pasa una punta de cuchillo alrededor del molde y saldrá sin problema
Lo mejor es preparar la tarta la víspera de su consumo.
Seguro que triunfas.
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