He
probado el pescado de todas las maneras imaginables: desde crudo hasta frito,
pasando por marinados varios, guisados u horneados en alguna salsa o mojo. Pero
desde luego, la manera en la que más me gusta es a la sal. Es un método muy
sencillo y limpio de preparar. Y no, ni te va a saber salado, ni pasado de
cocción. El secreto reside en que la pieza de pescado esté entera (aunque a
veces le quito la cabeza para hacer un caldo) y sin vísceras. Puedes dejarlo incluso
sin descamar. El resultado es un pescado en su punto, cocinado en su propio
jugo y grasa, ya que la capa de sal hace de protectora de la carne y no se
pasa. Eso sí, hay un truco para saber cuándo está preparado, ¿quieres saberlo?
Pues quédate y descúbrelo.
INGREDIENTES:
Una dorada
de ración al gusto
Sal para
hornear*
ELABORACION:
Enciende
el horno a 250ºC con calor a ambos lados y sin necesidad de ventilador. Dispón
una “cama” de sal en la fuente donde vayas a hornear el pescado y presenta la
pieza sobre la misma. Cubre con sal la dorada hasta que no quede nada a la
vista. Para que el resultado sea óptimo es muy importante que el pescado quede
completamente sellado de sal. Cuando el horno esté caliente, mete la bandeja
dentro. En unos 25-30 minutos estará listo. ¿Cómo saber si el pescado está
cocinado? Fácil: Solo tienes que golpear la costra de sal. Si la notas dura
como como una roca y no se deshace, sabrás que el pescado esta listo. Además, desprenderá
un delicioso olor a mar.
Saca
la bandeja del horno y deja reposar unos minutos. Puedes presentar la dorada
con su costra de sal en el plato del comensal y que él mismo vaya descubriendo
el tesoro. Si, por el contrario, has optado por una pieza más grande para
varios comensales, golpea suavemente la costra de sal y despégala del pescado.
Verás que se desprende sola con la piel y quedará a la vista las láminas del
pescado. Presenta el pescado en una fuente grande y que cada comensal disfrute
de su ración. Un verdadero manjar para los amantes del pescado. Mira cómo quedó
la mía. Atrévete y verás como quedas como un rey en la mesa.
*Si
no encuentras sal de hornear, no te preocupes. Usa sal gruesa a la que habrás
añadido un par de cucharadas de agua para hacerla mas pastosa y que quede
adherida al pescado.
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