En mi afán de buscar opciones más
saludables, reduciendo la cantidad de azúcares y harinas refinados, a veces me
gusta hacer este tipo de cakes de
verduras.
En este caso, me incliné por la
zanahoria rallada, pero también puedes usar calabacín triturado o puré de
calabaza asada. Fíjate que en los ingredientes no encontrarás mantequilla, nata
o leche. Incluso he sustituido uno de los dos huevos de la receta original por
un plátano. No creo que haya que decir que así evitamos materia grasa de más,
aportando un extra de azúcares sanos, minerales y vitaminas por doquier…
Cuando lo pruebes, casi no
notarás la ausencia de estos ingredientes de los que no me gusta abusar. Eso
sí, es un dulce cargado de energía, así que las porciones deben ser más
reducidas. Como colofón final, cúbrelo con una capa de chocolate de buena
calidad, el capricho será absoluto.
INGREDIENTES:
125 gr de zanahoria rallada
80 gr de azúcar panela
80 gr de harina de espelta blanca
50 ml de aceite vegetal (oliva o
girasol)
7 gr de levadura química
Un huevo
Un plátano maduro
50 ml de zumo de naranja o
manzana
Cobertura de chocolate:
200 gr de chocolate negro 70%
15 ml de aceite de girasol
ELABORACIÓN:
Este pastel no es nada complicado
de preparar ya que no necesitas montar claras o blanquear yemas con azúcar.
Pon el horno a calentar a 200ºC
con calor a ambos lados y encamisa con
aceite y harina tu molde para cakes.
El mío es metálico de 25 cm de largo.
Por un lado dispón los
ingredientes secos de tu pastel, la zanahoria, el azúcar, la harina y la
levadura tamizadas, y viértelos en un bol.
Por otro lado mezcla el plátano
triturado, el huevo ligeramente batido y el zumo de naranja o manzana, e
intégralos en la mezcla anterior. Agrega el aceite y remueve hasta que resulte
una mezcla homogénea y sin grumos de harina.
Vierte la mezcla en el molde que
ya tienes preparado y mételo en el horno previamente precalentado. Cocina a
180-200ºC durante al menos 50-60 minutos. Ten en cuenta que siempre doy valores
orientativos de temperatura y tiempo, ya que cada horno es un infierno diferente y funciona de manera distinta. Lo único que no deberías
hacer es abrir el horno hasta que haya pasado al menos, 2/3 partes del tiempo
total de cocción, que en este caso sería de unos 40 minutos.
Mientras se hornea el pastel,
prepara la cobertura, derritiendo el chocolate al baño maría y agregando el
aceite al final para aportar fluidez a la cobertura. Reserva en el baño maría
para que no se endurezca.
Una vez transcurrido el tiempo
indicado, pincha el pastel para comprobar el punto de cocción. Si aún está
líquido por dentro y necesita más tiempo, cúbrelo con papel de aluminio para
evitar que la superficie se queme.
Saca el pastel del horno y déjalo
enfriar media hora. Desmolda en la bandeja de presentación y cubre con la ganache que tenías reservada.
Para mi presentación, dejé que el
chocolate cubriera toda la superficie pero no los laterales al completo,
dejando entrever así la textura densa pero tierna de este maravilloso cake. Una vez lo pruebes… será un
incondicional en tus meriendas… ¡palabrita!
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